Descubre cómo la nutrición, el estilo de vida y micronutrientes clave influyen en la salud respiratoria durante la temporada de frío y ayudan a prevenir enfermedades respiratorias.
Durante la temporada de frío, las enfermedades respiratorias aumentan de forma significativa, especialmente en poblaciones vulnerables como personas adultas mayores, personas con enfermedades crónicas y quienes presentan deficiencias nutricionales. La salud respiratoria no depende únicamente de factores infecciosos; está estrechamente relacionada con el estado nutricional, el nivel de actividad física, la inflamación sistémica y la exposición ambiental.
Los pulmones desempeñan un papel vital en el equilibrio del organismo, facilitando el intercambio de gases y actuando como una barrera estructural e inmunológica. Mantener su función óptima es esencial para prevenir la aparición y progresión de enfermedades respiratorias.
Factores que influyen en la salud respiratoria
Diversos factores externos influyen de manera directa en la función pulmonar. La nutrición inadecuada, el sedentarismo, la obesidad y la exposición a contaminantes ambientales pueden alterar la estructura pulmonar, favorecer la inflamación crónica y comprometer los mecanismos de defensa del sistema respiratorio.
Las deficiencias de micronutrientes esenciales, como las vitaminas A, D y C, así como un consumo inadecuado de ácidos grasos omega-3, se asocian con una mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias y con una peor evolución de enfermedades pulmonares crónicas.
Nutrición y función pulmonar
El estado nutricional tiene un impacto directo sobre la función respiratoria. En situaciones de desnutrición o durante tratamientos farmacológicos intensivos, puede observarse una disminución de la fuerza de los músculos respiratorios, una capacidad ventilatoria reducida y un deterioro de la respuesta inmunitaria.
La evidencia científica muestra que una ingesta adecuada de proteínas y grasas se asocia con una mejor función pulmonar, mientras que una dieta excesivamente alta en carbohidratos puede empeorar el intercambio gaseoso, especialmente en personas con obesidad o edad avanzada.
Una alimentación equilibrada, suficiente en energía y nutrientes, es un componente clave para preservar la función respiratoria durante la temporada de frío.
Vitamina A y salud respiratoria
La vitamina A es fundamental para mantener la integridad estructural del epitelio pulmonar. Su deficiencia altera la morfología normal del pulmón, reduce la elasticidad del tejido y compromete la función de los cilios respiratorios, esenciales para la eliminación de patógenos y partículas.
Además, la vitamina A participa activamente en la regulación del sistema inmunitario, influyendo en la activación de linfocitos, la diferenciación de linfocitos T y la producción de anticuerpos. Estudios recientes sugieren que una ingesta adecuada de vitamina A preformada se asocia con una mejor función pulmonar a largo plazo y un menor riesgo de enfermedades respiratorias.
Vitamina D y respuesta inmunitaria pulmonar
La vitamina D desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio inmunitario a nivel pulmonar. Su forma activa regula la producción de péptidos antimicrobianos, como la catelicidina, que contribuyen a la defensa frente a patógenos respiratorios.
Niveles adecuados de vitamina D se han asociado con un menor riesgo de infecciones respiratorias, así como con una mejor evolución de enfermedades como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y neumonía. Además, esta vitamina influye en la proliferación, maduración y apoptosis de las células epiteliales pulmonares, contribuyendo a la integridad del tejido respiratorio.
Vitamina C como antioxidante pulmonar
El pulmón es especialmente vulnerable al estrés oxidativo debido a la exposición constante a contaminantes ambientales y agentes infecciosos. La vitamina C actúa como un potente antioxidante, protegiendo el tejido pulmonar del daño oxidativo y modulando la respuesta inflamatoria.
Más allá de su función antioxidante, la vitamina C es esencial para la síntesis de colágeno, un componente clave de la matriz extracelular del sistema respiratorio. La evidencia sugiere que una adecuada ingesta de vitamina C puede reducir la incidencia y la gravedad de infecciones respiratorias, especialmente en personas con deficiencia o sometidas a estrés ambiental.
Ácidos grasos omega-3 y control de la inflamación pulmonar
Los ácidos grasos omega-3 desempeñan un papel relevante en la regulación de la inflamación pulmonar y la función inmunitaria. A través de la producción de mediadores especializados como resolvinas y protectinas, los omega-3 contribuyen a la resolución de la inflamación y a la reducción del daño tisular en diversas enfermedades respiratorias.
Dietas ricas en omega-3 se han asociado con una disminución de citocinas proinflamatorias y una mejor respuesta frente a alérgenos y contaminantes. Además, el equilibrio adecuado entre omega-3 y omega-6 es fundamental para mantener una respuesta inflamatoria controlada y una salud pulmonar óptima.
Estrategias para proteger la salud respiratoria en temporada de frío
Preservar la salud respiratoria requiere un enfoque integral que incluya una alimentación adecuada, actividad física regular y la reducción de factores de riesgo modificables. Optimizar la dieta, asegurar un consumo suficiente de micronutrientes clave y mantener un estilo de vida activo son estrategias fundamentales para fortalecer los mecanismos de defensa del sistema respiratorio.
Durante la temporada de frío, estas medidas adquieren especial relevancia para reducir el riesgo de infecciones y prevenir el deterioro de la función pulmonar, especialmente en personas con mayor susceptibilidad.
Conclusión
La salud respiratoria es el resultado de la interacción entre nutrición, estilo de vida y ambiente. La evidencia científica respalda que una dieta adecuada, rica en micronutrientes esenciales y ácidos grasos antiinflamatorios, junto con hábitos saludables, puede contribuir de manera significativa a preservar la función pulmonar y a reducir el impacto de las enfermedades respiratorias durante la temporada de frío.
Referencias
Pouptsis A, Zaragozá R, García-Trevijano ER, Viña JR, Ortiz-Zapater E. Nutrition, lifestyle, and environmental factors in lung homeostasis and respiratory health. Nutrients. 2025;17(6):954.
Kane MA. Retinoic acid homeostasis and disease. Current Topics in Developmental Biology. 2025;161:201–233.
Ding Y, Chen Z, Lu Y. Vitamin A supplementation prevents bronchopulmonary dysplasia in premature infants: a systematic review and meta-analysis. Medicine. 2021;100:e23101.
Zhitkovich A. Nuclear and cytoplasmic functions of vitamin C. Chemical Research in Toxicology. 2020;33:2515–2526.
Holford P, Carr AC, Jovic TH, Ali SR, Whitaker IS, Marik PE, Smith AD. Vitamin C: an adjunctive therapy for respiratory infection, sepsis and COVID-19. Nutrients. 2020.
Ghalibaf MHE, Kianian F, Beigoli S, et al. The effects of vitamin C on respiratory, allergic and immunological diseases. Inflammopharmacology. 2023;31:653–672.
Wu S, Peng H, Li S, et al. The ω-3 polyunsaturated fatty acid docosahexaenoic acid enhances NK-cell antitumor effector functions. Cancer Immunology Research. 2024;12:744–758.




